Es una de las primeras dudas a las que podemos enfrentarnos cuando nos dan un diagnóstico oncológico y tenemos hijos pequeños e incluso adolescentes. Una de las primeras respuestas como padres, siempre, es tratar de protegerlos. Por ende, mucha gente opta, de primera instancia, por no decirles. Pareciera que no decirles puede evitarles un sufrimiento, sin embargo, esto es un error.
Piensa en todos los cambios que estarás experimentando: cambios físicos, cambios en la rutina, en la alimentación, tal vez estarás más fatigado(a), tal vez pierdas el cabello, etc. Los niños perciben estos cambios, escucharán comentarios, e interpretarán la situación con la poca información que tienen. Esto puede incrementar la incertidumbre, el miedo y la ansiedad, generando más desinformación y más estrés.